martes, 1 de noviembre de 2011

Espiga de Oro para Hasta la vista, de Geoffrey Enthoven



La película belga Hasta la vista, de Geoffrey Enthoven, ha ganado la Espiga de Oro de la 56ª Seminci de Valladolid. La película alberga un curioso equilibrio entre la comedia más negra y la huida de los sentimentalismos. El viaje de tres amigos belgas, un parapléjico, un paralítico por culpa de una enfermedad degenerativa y un ciego a través de Europa para llegar a un prostíbulo en España "especializado en personas como nosotros" y así perder la virginidad ha gustado en el certamen de Valladolid.
Enthoven, su director, nunca deja que sus personajes caigan en la autocomplacencia y escribió el guión tras ver un documental que hablaba de un hecho parecido. Decidió rodar con auténticos disminuidos físicos, pero acabó contratando a tres actores profesionales ante los múltiples retos de un rodaje por varios países europeos que acaba en España, en Punta del Mar, en el burdel El cielo.
La Espiga de Plata ha sido para uno de los grandes títulos de 2011, Las nieves del Kilimanjaro, de Robert Guédiguian, que ya en Cannes maravilló con su vuelta de tuerca al mundo sindicalista del cineasta francés, que ahora mete el dedo en la llaga para llamar la atención sobre las jóvenes generaciones abandonadas por los grandes sindicatos, gente que ni siquiera puede ser calificada de mileruista. Con sus actores habituales y su adorada Marsella, pero con más mala leche que nunca, el filme también ha obtenido el premio del Público, que en Valladolid ha demostrado ser más listo que el jurado.
El resto del palmarés de la Seminci, que ha crecido en número de espectadores y en calidad, proyectando en su sección oficial los últimos largometrajes de Zhang Yimou, los hermanos Dardenne, el ya mencionado Guédiguian, Agnieszka Holland, o La Conquête, el biopic sobre el ascenso a la presidencia francesa de Nicolas Sarkozy, ha dejado premios para Zhou Dongyu, la protagonista de Shan sha shu zhi lian, de Yimou; los actores Brendan Gleeson (The guard) y Patrick Huard (Starbucks), ha sido un galardón ex aequo; a Holland como mejor directora por In darkness, y al mejor guión para el libreto de Monsieur Lazhar (que también obtuvo el FIPRESCI, de la crítica internacional).
Uno de los galardones más valorados en la Seminci es el Pilar Miró a la mejor dirección novel, que en esta edición ha sido justamente otorgado a la española Paula Ortiz por De su ventana a la mía, una inmersión en el amor a través de la vida de tres mujeres (encarnadas por Leticia Dolrea, Maribel Verdú y Luisa Gavasa) en tres épocas históricas muy distintas. Ortiz, nada más conocer el premio, comentó "su gran felicidad". "Es lo mejor que nos podía pasar, el empuje que necesitamos para esta historia". Ortiz teje "un tapiz" de imágenes y poesía en una aventura visual "muy pensada, muy trabajada en guiones técnicos para que lo visual tuviera esa fuerza". La directora trabajó y ensayó mucho con los actores, "y en el rodaje aún les apretamos más", y en pantalla se nota. "Les di música, les pasé lecturas", comenta la debutante, todo con un objetivo: que el público entre "en el juego del filme, en los estados de ánimo de las historias". Una de sus actrices, Maribel Verdú, recibió durante la ceremonia de clausura, la Espiga de Honor de la Seminci, en reconocimiento a su larga carrera.
Muchos premiados y mucho cine de calidad. Esperamos verlas por las salas de estreno.

Maribel Verdu, Espiga de Honor

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