domingo, 13 de noviembre de 2011

La guerra de los botones, de Christophe Barratier


Título original: La nouvelle guerre des boutons. Dirección: Christophe Barratier. País: Francia. Año: 2011. Duración: 100 min. Género: Aventuras, comedia. Guión: Christophe Barratier, Stéphane Keller y Thomas Langmann; basado en la novela homónima de Louis Pergaud. Producción: Thomas Langmann. Música: Philippe Rombi. Fotografía: Jean Poisson. Montaje: Anne-Sophie Bion e Yves Deschamps. Diseño de producción: François Emmanuelli. Vestuario: Jean-Daniel Vuillermoz. Estreno en España: 11 Noviembre 2011.
Intérpretes: Guillaume Canet (maestro), Laetitia Casta (Simone), Gérard Jugnot (padre de L’Aztec), Kad Merad (padre de Lebrac), Jean Texier (Lebrac), François Morel (padre de Bacaillé), Marie Bunel (madre de Lebrac), Thomas Goldberg (L’Aztec), Théophile Baquet (Gran Gibus), Louis Dussol (Bacaillé), Nathan Parent (Camus).

Sinopsis:
Mientras la tierra se ve sacudida por los terribles sucesos de la Segunda Guerra Mundial, otra guerra se libra en un pequeño rincón del campo francés. Los chicos de los pueblos vecinos de Longeverne y Velran siempre se han odiado. No pelean por ningún motivo especial. Simplemente, no quieren ver a sus vecinos cerca de donde ellos viven. En una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años de Longeverne, conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar todos los botones de las ropas de los prisioneros que tomen, para que vuelvan a sus casas medio desnudos, vencidos y humillados. Se ha declarado la “guerra de los botones” y el pueblo que reúna el mayor número de botones será declarado vencedor.

Jean Texier

Calificación: 6, Aceptable.
Lo mejor de la película: La cinta entretiene, te hace pasar un buen rato. El director, Barratier, consolida su buen trabajo en la dirección de actores jóvenes, los dirige a la perfección. Como ejemplo, Lebrac, interpretado por el joven Jean Texier, que lleva todo el peso de la película. Entre los secundarios, estupendos los trabajos de Guillaume Canet (el maestro) y Kad Merad (el padre de Lebrac).
Lo peor de la película: La reiterada fórmula del melodrama interpretado por niños, que no acaba de abandonar su director, desde su ópera prima “Los chicos del coro”. El tema de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial queda mostrado de forma muy superficial. La música de Philippe Rombi, demasiado empalagosa.

Trailer de la película:



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