martes, 15 de noviembre de 2011

Michael Haneke en la cresta de la ola



Nacido el 23 de marzo de 1942 en Munich (Alemania). Director y guionista de origen alemán que creció en Austria, concretamente en la ciudad de Weiner Neustadt. Es hijo del director y actor Fritz Haneke y de la actriz Beatrix von Degenschild.

Después de fracasar en su intento de ingresar en la Escuela Max Reinhardt, Michael Haneke cursó estudios de Filosofía, Psicología e Interpretación en la Universidad de Viena antes de trabajar como crítico de cine y director de obras de teatro y películas televisivas durante los años 70 y 80.

Su primer largometraje cinematográfico fue “El Séptimo Continente” (1989), un drama familiar en tonos sombríos y desesperanzados que estaba basado en un hecho real. Este título fue el primer film de una trilogía conocida como la glaciación emocional que fue continuada por “El Vídeo de Benny” (1992), otra historia con familia disfuncional que contaba con el protagonismo de un psicópata adolescente, y “71 Fragmentos de una Cronología del Azar” (1994), realización en donde se incidía en comportamientos criminales significando la violencia existente en la sociedad urbana.

 
  



En 1997 rodó una versión de “El Castillo” de Franz Kafka con el protagonismo de Ulrich Muhe como K. El mismo año Muhe intervino en “Funny Games: Juegos Divertidos” (1997), thriller psicológico y criminal que redundaba en sus temas de violencia y psicopatías y que fue rehecho en Hollywood en el año 2007 por el propio Michael Haneke.


 


Código Desconocido” (2000), película con la participación de la actriz francesa Juliette Binoche, era una historia coral que abordaba asuntos de racismo e inmigración, mientras que “La Pianista” (2001), film protagonizado por Isabelle Huppert, Annie Girardot y Benoit Magimel, era un drama erótico y psicológico basado en una novela de la escritora austriaca Elfriede Jelinek que le valió ganar el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes.




Huppert volvió a trabajar con Haneke en “El Tiempo del Lobo” (2003), una película con ambiente post-apocalíptico en donde volvía al encuentro entre cotidianeidad familiar y actitudes criminales de otros films previos, algo que también fue base de “Caché (Escondido)” (2005), película protagonizada por Juliette Binoche y Daniel Auteuil como un matrimonio cuya vida es perturbada por la aparición de misteriosos videos amenazadores. En 2005 obtuvo el premio a la mejor dirección por esta película en el Festival de Cine de Cannes, así como el premio de la FIPRESCI y el premio del Jurado Ecuménico del mismo Festival. Ese año Caché sería la gran triunfadora en los Premios del Cine Europeo con cinco galardones, entre ellos los de mejor película y mejor director.




Su último trabajo realizado es “Das Weiße Band (La cinta blanca)” (2009), historia ambientada en tiempos previos a la Primera Guerra Mundial que pretendía crear una alegoría sobre la creación de ideas totalitarias. El 24 de mayo de 2009 obtiene la Palma de Oro en la 62ª edición del Festival de Cannes por esta película. El filme también estuvo nominado al Oscar a la Mejor Película en habla no inglesa.



Al margen del cine y teatro, Haneke también ha adaptado la ópera de Mozart “Don Giovani”.

Desde 2002 ejerce como profesor de Dirección en la Academia de Cine de Viena, Austria, donde reside habitualmente. En sus clases -dos veces por semana- intenta transmitir sus conocimientos fílmicos a sus estudiantes, haciendo especial hincapié en la dirección de actores, ya que para él es la base de la credibilidad real y emocional total de una escena.

Michael Haneke está casado desde 1983 con la propietaria de un negocio de antigüedades de Viena. Él mismo describe a su mujer como su crítico más agudo e importante de su trabajo.

En relación a su obra cinematográfica, Haneke rompe con las estructuras narrativas tradicionales para lograr un distanciamiento de éstas. Su provocativa forma de narrar busca sobre todo hacer pensar al espectador y sacarle de sus cómodas convenciones cinematográficas situándole en encrucijadas donde todo es posible. Rechazando lo que considera convenciones estándar de tiempo, construcción del suspense y continuidad lógica, Haneke no teme llegar a ser aburrido, irritante o frustrante. Incluye, en la mayor parte de sus obras, periodos de inacción, de vacío, de frustración y de irritación. Haneke desea narrar sus historias de una forma diferente. De manera implacable el realizador busca sin cesar poner al espectador en una situación incómoda, alterando las maneras tradicionales y su manera de percibir o de recibir una obra cinematográfica. 

Sus películas a menudo tratan problemas de la sociedad moderna, y suelen causar controversia. Entre sus temas recurrentes están la introducción de una fuerza malévola en la confortable vida burguesa, como se ve en Funny Games y en Caché; una actitud crítica contra los medios masivos, en especial la televisión, como sucede en Funny Games, donde algunos de los personajes son conscientes de pertenecer a una película; o la incomunicación o incapacidad de poderse comunicar directamente con el otro, como en Código desconocido.

Es, sobre todo, en la representación de la violencia en lo que el cineasta innova, sin estilizarla ni volverla espectacular. Sin exuberancia, la barbarie aparece en la progresión dramática misma de cada uno de sus filmes de manera estructural. Es, por otra parte, a menudo más sugerida que verdaderamente mostrada, manifestada sin subrayado alguno y generalmente jamás está justificada o motivada, lo que vuelve su puesta en escena aún más seca y brutal.

Deseando provocar reacciones vivas y emotivas, Haneke intenta interrogar sobre la responsabilidad del testigo ante las escenas expuestas, planteando cuestiones de orden social, político, histórico, cultural o moral sin jamás aportar respuestas claramente establecidas. Un trasfondo cultural y filosófico denso se percibe detrás de cada una de sus obras.
Os dejamos con una secuencia maravillosa de la película “Código Desconocido”. Espero que la disfrutéis, si podéis.

1 comentario:

  1. Este director es uno de los que tengo en busca de “caza y captura.” Tan solo he visto dos películas suyas, la de “Fanny Games” y la de “Caché” (Escondido). Las dos me gustaron bastante y espero ir encontrando películas suyas por ahí. Recuerdo que la crítica clasificó a Fanny Games de provocativa e irritante. Es cierto que es durísima, y en algo me recordó los inicios de “La naranja mecánica”, aunque no el resto del film. Imagino que es de ese tipo de películas sobre las que casi todo el mundo diría a sus amigos: “no vayas a verla”. El problema que tenemos los enfermos de la cinefilia es que cuando vemos una escena de extremo sadismo en la que la madre llora desesperada pidiendo clemencia y el niñato psicópata sonríe con el disfrute que este sufrimiento le provoca, no percibimos ni el sufrimiento ni el sadismo que a cualquier otro le haría marcharse de la sala de cine, sino que, por el contrario, lo que nos llega a nuestra deformada mente es una fabulosa interpretación, una secuencia de gran tensión dramática, una idea original y genial, etc, señales inequívocas de que tal vez deberíamos plantearnos ir al psicólogo…
    Un saludo, Galo

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