jueves, 8 de enero de 2015

Poemas sobre Cine (Ingmar Bergman), de Carlos Vaquerizo Torres






La victoria no puede detener
el tiempo ni volverlo más prolijo.
Arroja el caballero en la rocosa playa
sus armas, su atavío. La guerra ha terminado.
Pero Cronos con Tánatos se cubre
de ajedrezada máscara su rostro.
Ha venido a rendirle las exequias
en vida, frente a frente, en un tablero
que hacia un mar sin salida le conduce.
En peón, torre, alfil...su pieza torna
siempre abocado al signo irremediable,
sereno como vela que se apaga
y que erguida en lo oscuro permanece.
Un largo adiós le toma de la mano
y en su humilde morada se deleita.
Se derrama el licor de lo vivido.
En procelosa danza va. Tal vez,
lo ignoto le designe otro tablero.






 LOS COMULGANTES

Toda duda es un ángel de espada tenebrosa.
Aferrados a un Dios de abismos silenciosos,
a su pan, a sus salmos, a su vino se entregan.
Toda duda es un ángel
que proclama la muerte de la rosa,
la esperanza marchita en el umbral.
Anochece sin Dios y llueven versos
oscuros de antiquísimos profetas.
Y los hombres comulgan, a ciegas, con la muerte.

Fotograma de "Los comulgantes"


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