lunes, 15 de junio de 2015

It follows, de David Robert Mitchell



Título original: It follows. Dirección y guion: David Robert Mitchell. País: USA. Año: 2014. Duración: 97 min. Género: Terror. Productores: Rebecca Green, David Kaplan, Erik Rommesmo, Laura D. Smith. Música: Rich Vreeland. Fotografía: Michael Gioulakis. Montaje: Julio C. Perez. Estreno en España: 29 Mayo 2015.
Intérpretes: Maika Monroe (Jay), Keir Gilchrist,  Daniel Zovatto,  Jake Weary,  Olivia Luccardi,  Lili Sepe,  Linda Boston,  Caitlin Burt,  Heather Fairbanks,  Aldante Foster,  Ruby Harris,  Christopher Hohman,  Bailey Spry,  Rich Vreeland

Sinopsis:
Jay, de 18 años, tiene su primer encuentro sexual con su novio en la parte trasera de un coche. Tras el hecho, aparentemente inocente, la situación se pone algo tensa cuando su novio hace que ella se desmaye. Al despertar, el joven le explica que lo hizo para ahuyentar a una serie de espíritus que lo acosan. A partir de ese momento, es Jay quien sufrirá las consecuencias de ese acoso, encontrándose sumergida en visiones y pesadillas; teniendo la sensación de que alguien o algo la observa
 
Fotograma de "It follows"

Comentarios:
Presentada en el Festival de Cannes 2014, en la Semana de la Crítica, nos llega esta película de terror espeluznante, un terror realizado con inteligencia por el que debemos brindar, tal como hace el crítico Jordi Costa al afirmar que su director David Robert Mitchell plantea un gratificante punto de renovación formal: la reivindicación del plano general extremo como instrumento para provocar inquietud y romper con las inercias expresivas de un género más dado a encerrar a sus personajes en planos claustrofóbicos con control efectista del fuera de campo. Este novedoso recurso transforma radicalmente la manera en que el espectador contempla una película de terror puro, desnudísima y, al mismo tiempo, tan susceptible de ser sometida a lecturas sesudas.
Mitchell, que ya había inoculado inesperadas dosis de tristeza y melancolía en la comedia de iniciación con su ópera prima The Myth of the American Sleepover (2010), se entrega aquí a deconstruir las formas que el género llevó a su extenuación en los ochenta. En un Detroit espectral, casi vaciado de presencias adultas, una joven se convierte en eslabón de una maldición que, en una suerte de guiño macabro a La ronda de Schnitzler, parece funcionar como una enfermedad de transmisión sexual. El cineasta posee la capacidad de dotar de una cualidad enigmática a toda imagen, revela una sensibilidad que se diría descendiente de la del gran Val Lewton –ese productor que, con la complicidad de cineastas como Jacques Tourneur, Robert Wise y Mark Robson, se erigió en gran poeta del fantástico–, brilla en sus soluciones de puesta en escena –la panorámica circular del prólogo– y se muestra tan empático con la sensibilidad femenina como mordaz a la hora de retratar la sexualidad masculina.
La cinta puede resultar “aburrida” para aquel que busque más de lo mismo. Pero resultará hipnótica para aquellos que busquen algo más en el cine de terror. 


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