jueves, 8 de octubre de 2015

La cabeza alta, de Emmanuelle Bercot



Título original: La tête haute. Dirección: Emmanuelle Bercot. País: Francia. Año: 2015. Duración: 120 min. Género: Drama, Cine Social. Guión: Emmanuelle Bercot y Marcia Romano. Producción: France 2 Cinéma / Les Films du Kiosque / Wild Bunch. Diseño de Producción: Hervé Duhamel. Jefe de producción: Karine Petite. Fotografía: Guillaume Schiffman. Música: Éric Neveux. Montaje: Julien Leloup. Sonido: Pierre André. Estreno en España: 18 Septiembre 2015.
Intérpretes: Rod Paradot (Malony),  Catherine Deneuve (La juez),  Sara Forestier (La madre),  Benoît Magimel (Yann),  Diane Rouxel (Tess),  Anne Suarez (La directora),  Martin Loizillon (The Public Prosecutor),  Christophe Meynet (Sr. Robin),  Elisabeth Mazev (Claudine).

Sinopsis:
Tras ser abandonado por su madre, el joven Malony lleva desde que tenía 6 años entrando y saliendo del juzgado de menores. El matrimonio formado por Florence, instructora de menores a punto de jubilarse, y Yann, maestro que también tuvo una infancia difícil, adoptará al chico, de 15 años, para reformar su comportamiento. Por ello, Malony es enviado a un estricto centro educativo, donde conoce a Tess, una chica muy especial que le ofrecerá razones para cambiar...

Rod Paradot en "La cabeza alta"

Comentarios:
Ya tenemos aquí la película que inauguró el pasado Festival de Cannes 2015. “Todos los niños tienen derecho a una educación. Debe ser supervisada por la familia, y si la familia es deficiente, entonces es responsabilidad de la sociedad intervenir”, de esta forma comienza el filme de Emmanuelle Bercot, quien dijo encontrar esta frase en un libro de un juez.
La película inaugural de Cannes 2015 responde al nombre de 'La tête haute' ('La cabeza alta') y aparece firmada por Emmanuelle Bercot convertida en la primera mujer que desde 1986 abre este Festival. El director del Festival ha querido de esta manera inaugurar el certamen con algo que contrarreste las múltiples dosis de glamour que se derrocha en Cannes. La cinta, cargada de drama social, se aleja del todo del glamour que se aprecia en la alfombra. ¿Contradicción, impacto?. Tal como dice el crítico Luis Martínez, la película se antoja tan correcta, enérgica y bienintencionada como decididamente menor. No acierta a convertirse en lo que pretende: un revulsivo, un descubrimiento, un punto y aparte entre tanto ruido de joyas que pasean por Cannes. Para nada.
'La tête haute' cuenta la vida de un menor que atiende al nombre de Malony. La suya es, probablemente, la misma historia de tantos adolescentes inadaptados en la Francia suburbial y actual. La directora dirige la cámara hacia el interior de un sistema tanto educativo como judicial a brazo partido contra sus limitaciones. Quiere la cinta que el reflejo de la realidad sea limpio y para ello se empeña a medio camino entre la crónica social, el documental y la ficción moderadamente sucia.
Digamos a favor de la propuesta de Bercot que todo su empeño es arrojar luz sobre la materia tratada. Lejos de la ya recurrente homilía nihilista del intelectual con conciencia, la directora se esfuerza en retratar el trabajo honesto, cabal y nunca gratificado de los funcionarios que creen en lo que hacen.
Mención especial merece la exhibición de una Catherine Deneuve cada segundo que pasa más grande, más humana, más Deneuve. Ella y el chaval protagonista, que se limita a interpretar su propia y real aventura existencial hacia el vacío, mantienen la película siempre en el punto justo de la indignación y sin caer nunca, y esto es lo relevante, en el discurso de campaña.
Dice la directora que es consciente de que lo sucedido en la redacción de 'Charlie Hebdo' está directamente relacionado con su relato. Los asesinos eran franceses criados a los pechos de una sociedad francesa que de repente asistía atónita a su fracaso. Y es ahí donde se coloca la mirada de 'La tête en haute': a la altura exacta del precipicio. Admite también Bercot que la coincidencia en el tiempo con el atentado es eso: coincidencia. Pero que, como todas las casualidades, es síntoma de algo. Y nada bueno. 
El resultado es una película notable que, pese a ello, no alcanza la altura suficiente para que acabemos de dar la razón al director del Festival de Cannes y que haya optado por este filme para inaugurarlo. Se pongan como se pongan, Cannes sigue siendo Cannes; una ciudad atrapada en la contradicción de convertir en 'glamour' lo más hiriente de la sociedad. Y eso, nos pongamos como nos pongamos, hiere. 


1 comentario:

  1. Este tipo de tema me suscita un gran interés, quizás porque este problema de un adolescente conflictivo no lo he vivido ni conozco ningún caso de cerca.

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